Ansiedad funcional vs ansiedad patológica
En este artículo te hablaré acerca de una de las reacciones humanas más comunes pero que más problemas emocionales nos puede traer, y que es una de las consultas psicológicas y psiquiatras más habituales, pero… ¿siempre es malo sentir ansiedad?. Ante de responder a esta pregunta debemos ver cuáles son algunos de sus síntomas.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
A nivel general, es común un estado de alarma continúo y tensión constante, dificultad en la concentración y el aprendizaje, sudoración, dolor de cabeza, aumento en la frecuencia cardíaca, dificultad para respirar, dolor de estomago o pecho, que se puede acompañar con trastornos del sueño, de la conducta alimentaria, entre otros.
Estas manifestaciones de ansiedad suelen venir en situaciones específicas, por ejemplo, ansiedad al conducir, ansiedad antes de tomar un examen, ansiedad laboral, ansiedad por sentir no estar a la altura, ansiedad social, ansiedad antes de tomar una decisión importante, ansiedad por una duda, etc.
¿Cuándo se vuelve un trastorno?
Cuando una dificultad, que no ha sido tratada, o los intentos por tratarla han fallado y estos síntomas anteriormente descritos se mantienen largo tiempo en la persona, la dificultad podría estar transformándose en un verdadero trastorno. Como nos indica Nardone (2015), una dificultad es un malestar que nos trae sufrimiento y nos dificulta para lograr algunas cosas que nos proponemos, pero un trastorno surge cuando este malestar ya se ha vuelto completamente invalidante y crónico, es decir, nos invalida completamente.
Como refiere Nardone (2003) la ansiedad surge por el efecto psicológico y fisiológico de la percepción y emoción de miedo frente a una situación, por tanto, esta percepción-emoción desencadena una serie de síntomas que cuando superan cierto umbral puede generar una perdida de control y incluso conducir al pánico.
La ansiedad se suele relacionar a diversos trastornos que tengan como base una percepción y emoción de miedo, como por ejemplo, la fobia generalizada o la fobia específica, y si bien, los trastornos fóbicos pueden producir un trastorno por ansiedad generalizada, no se trata de la misma patología, ya que hay diferencias entre el miedo que es la percepción-emoción y la ansiedad que es la reacción psicofisiológica del organismo.
Aquí, es importante hacer un buen diagnóstico ya que la intervención para cada trastorno suele ser diferente, si nos enfocamos en intervenir en la ansiedad cuando en realidad, lo que mantiene el problema es una percepción de miedo y amenaza, la ansiedad continuará manifestándose. Como indica Nardone (2016), una incorrecta intervención debido a un mal diagnóstico, puede tener consecuencias negativas en el tratamiento terapéutico.
¿Siempre es negativo experimentar estos síntomas?
La ansiedad, como prácticamente todas las cosas en la vida, cuando está en un nivel alto y extremo, nos perjudica y genera bastante sufrimiento, tanto a nosotros mismos, como a las personas que nos rodean, pero en un nivel adecuado es necesario para la vida, de hecho, quien no siente ansiedad ¿podría prepararse adecuadamente para el examen?, ¿podría finalizar su carrera o conseguir el trabajo que quiere? ¿podría acaso alcanzar alguna meta que se propone?.
Desde esta perspectiva, la ansiedad en un nivel adecuado es indispensable y necesaria para la vida, y funciona como un motor que nos permite alcanzar nuestras metas personales, laborales, sociales, etc., puesto que la ansiedad nos ayuda a enfrentar situaciones que nos dan miedo y temor, como por ejemplo, exponer en publico o enfrentar una entrevista laboral, si sube demasiado es como si nos golpeará, pero si se mantiene a un nivel saludable y funcional se trasforma en nuestro combustible para transitar y progresar en la vida.
Es por esto, que se vuelve tan importante utilizar estrategias adecuadas, no para eliminar la ansiedad, sino más bien, para reutilizarla como camino y vía de desarrollo, en otras palabras, pasar de una ansiedad disfuncional y patológica a una ansiedad funcional y necesaria.
Referencia
Nardone, G. (2003). Más allá del miedo. Editorial Paidós.
Nardone, G. & CTS. (2015). Ayudar a los padres a ayudar a los hijos. Editorial Herder.
Nardone, G. (2016). La terapia de los ataques de pánico. Editorial Herder.